El Etna se clasifica dentro de los volcanes activos
Los volcanes son una abertura, generalmente de forma circular, a través de las cuales el interior de la Tierra expulsa hacia la superficie gases, lava fundida y fragmentos de rocas. Hay muchas formas de hacerlo –como geográficamente o dependiendo de su tamaño–, pero en esta nota los clasificaremos en función de la periodicidad de las erupciones.
Volcanes activos: Estos volcanes expulsan constantemente lava, gases, cenizas y materiales fragmentarios. El Etna y Stromboli, situados en el mar Mediterráneo, son los ejemplos más significativos de esta categoría. También son considerados volcanes activos el Cotopaxi de Ecuador y el monte Erebus de la Antártida.
Volcanes inactivos: Estos volcanes se tranquilizan durante algún tiempo después de las erupciones y no dan señales de futuras erupciones, pero de repente estallan violentamente. Los ejemplos más importantes de esta categoría son el Vesubio en Italia; el Fujiyama en Japón y el Krakatoa en Indonesia.
Volcanes muertos o extintos: Entran dentro de esta categoría todos aquellos volcanes que llevan miles de años sin entrar en erupción y no dan indicios de que vayan hacerlo en un futuro. Los principales ejemplos de esta categoría son el monte Kenia y el Kilimanjoro, situados en la parte oriental de África; el Chimborazo en Ecuador y el Aconcagua en las montañas de los Andes.
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