El vínculo entre el uso del teléfono móvil y el desarrollo de cáncer ha sido un tema de controversia y debate durante décadas. A medida que la tecnología móvil ha avanzado y su uso se ha vuelto cotidiano, las preocupaciones sobre sus posibles efectos en la salud, en particular el cáncer, han sido estudiadas a fondo. Numerosos estudios han examinado si la radiación emitida por los móviles tiene algún impacto directo sobre la salud humana.
Sin embargo, ¿es realmente cierto que el uso del móvil puede causar cáncer? A pesar de la avalancha de estudios y revisiones, la evidencia hasta ahora sigue siendo inconsistente y, en muchos casos, insuficiente. En este artículo, analizaremos los resultados de diversos estudios, las posibles correlaciones entre el uso de móviles y tumores, y los avances tecnológicos que han cambiado la cantidad de radiación que emiten estos dispositivos.
Resultados de los estudios sobre la relación entre móvil y cáncer
En las últimas décadas, se han realizado numerosos estudios para investigar el impacto de las radiaciones no ionizantes emitidas por los teléfonos móviles y otros dispositivos tecnológicos. Entre los primeros estudios realizados, encontramos aquellos que expusieron a animales a radiaciones similares a las emitidas por estos dispositivos. Un estudio en animales que duró dos años, en el que participaron más de 2,000 sujetos, mostró un pequeño incremento en el desarrollo de tumores en el cerebro y corazón de los machos expuestos. Sin embargo, los resultados no fueron concluyentes para las hembras o las crías.
Otro estudio realizado en humanos también fue inconcluso. Centrado en el tiempo de uso del teléfono móvil, se indicó que quienes usaban su dispositivo durante un largo período podían enfrentar un mayor riesgo de desarrollar tumores. No obstante, la falta de correlación clara hizo que sus conclusiones fueran puestas en duda, especialmente porque el riesgo solo aumentaba significativamente con un uso excesivo del dispositivo. Un estudio danés, que abarcó 18 años, reveló que no había diferencias sustanciales en el desarrollo de cáncer entre quienes hubieran utilizado móviles a largo plazo.
¿Qué tipos de tumores han sido más estudiados?
En la mayoría de los estudios que analizan el vínculo entre el uso de teléfonos móviles y el cáncer, las investigaciones se han centrado principalmente en tumores cerebrales y de la cabeza, debido a la proximidad directa del teléfono a estas áreas cuando se realizan llamadas. Los tumores que han sido objeto de estudio incluyen:
- Gliomas: Tumores que se desarrollan en las células gliales del cerebro o la médula espinal.
- Meningiomas: Tumores en las meninges, la membrana que rodea el cerebro y la médula espinal.
- Neuromas acústicos: Tumores benignos en los nervios responsables de la audición.
Un estudio internacional, coordinado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), analizó datos de más de 900 jóvenes con tumores cerebrales y 1,900 sin ellos. Este estudio también concluyó que no había una asociación causal directa entre el uso del móvil y el desarrollo de dichos tumores.
Reducción de la radiación con avances tecnológicos
La cantidad de radiación emitida por los teléfonos móviles ha disminuido con el paso del tiempo. La tecnología 5G y los más modernos modelos de teléfonos han sido diseñados para emitir niveles más bajos de radiación, ajustando la potencia de salida en función de la señal disponible. Esto significa que con una buena recepción, el móvil reduce la cantidad de energía emitida, lo que disminuye la exposición del usuario a las ondas electromagnéticas.
De hecho, según algunos estudios, hoy en día utilizamos los móviles principalmente para mensajería y redes sociales, lo que implica una menor exposición a la cabeza en comparación con las llamadas. Asimismo, estudios recientes sugieren que la distancia entre el móvil y la cabeza también juega un papel crucial en la exposición a las radiaciones. Cuanto mayor sea la distancia entre el dispositivo y la cabeza, menor será la cantidad de radiación recibida.
Consideraciones sobre la duración y frecuencia del uso
Un aspecto importante que ha sido destacado en los estudios es que el riesgo de desarrollar cáncer debido al uso del móvil está, en todo caso, relacionado con la intensidad, duración y frecuencia de las llamadas. Sin embargo, incluso los estudios más exhaustivos, como el llevado a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS), no han encontrado pruebas concluyentes que respalden un vínculo directo entre el uso de móviles y la aparición de cáncer.
Por ejemplo, un estudio reciente realizado por la OMS, que revisó más de 5,000 estudios entre 1994 y 2022, concluyó que no existe evidencia sólida de que los teléfonos móviles aumenten el riesgo de desarrollar cáncer. En este análisis, se tomaron en cuenta múltiples factores como el tipo de dispositivo, la red utilizada (2G, 3G, 4G, 5G) y el entorno (urbano o rural). Los resultados sugieren que, aunque es importante seguir investigando, no hay indicios de que las ondas de radio de los móviles causen cáncer.
¿Influye el uso prolongado del móvil en los niños?
Los niños y adolescentes son una población vulnerable debido a que sus cerebros en desarrollo podrían ser más sensibles a las emisiones de las radiaciones no ionizantes. Diversos estudios han analizado si el uso a largo plazo de dispositivos móviles en niños podría incrementar el riesgo de padecer tumores cerebrales u otros tipos de cáncer.
Algunos expertos han recomendado limitar el uso excesivo de los móviles en la infancia, ya que se ha observado que los niños absorben más radiación que los adultos. El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos incluso aconseja medidas de precaución como el uso de auriculares o el altavoz del móvil para alejar el dispositivo del cráneo.
Reducción del SAR: Tasa de absorción específica
Un concepto fundamental relacionado con la seguridad de los teléfonos móviles es la Tasa de Absorción Específica (SAR), que mide la cantidad de energía de radiofrecuencia que es absorbida por el cuerpo humano cuando se utiliza un teléfono móvil. La normativa internacional establece límites para la SAR, y todos los teléfonos móviles en el mercado deben cumplir con estos límites para garantizar la seguridad de los usuarios.
Por ejemplo, en los Estados Unidos, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) ha establecido un límite máximo de 1.6 vatios por kilogramo (W/kg) de SAR. Según la FCC, esta cantidad es considerablemente inferior al nivel que podría causar cambios peligrosos en los tejidos. El hecho de que los teléfonos actuales emitan menos energía y respeten los límites de SAR reduce aún más el riesgo de efectos nocivos para la salud humana.
En cualquier caso, es aconsejable mantener el móvil a una distancia segura del cuerpo cuando no se esté utilizando, como guardarlo en un bolso o bolsillo y optar por audífonos para las llamadas prolongadas.
En este momento, la mayoría de las investigaciones sugieren que no hay una relación directa entre el uso de móviles y la aparición de cáncer. Aunque se continúan realizando estudios para garantizar la seguridad de las personas, los avances tecnológicos han ayudado a reducir aún más la exposición a las radiaciones. Si bien es prudente mantener ciertas medidas de seguridad, como el uso de auriculares o el uso moderado de estos dispositivos, por el momento no hay evidencia sólida que justifique el temor generalizado.