El caracol secreta una sustancia espesa, gelatinosa que contiene ácido glicólico, proteasa, elastina, antibióticos naturales, enzimas fibrinolíticas, colágeno, alantoína, vitamina A y vitamina E. Todos estos compuestos se utilizan en el mundo de la cosmética y juntos, tienen un poder extraordinario en la salud de la piel.
Esta sustancia sirve en particular para reparar y regenerar los tejidos. Tiene un poder similar al aloe vera, y generalmente se utiliza para acelerar el proceso de curación. Es muy beneficiosa en el tratamiento de las quemaduras, al igual que para eliminar las manchas. El componente químico responsable de este poder de curación extraordinario es la alantoína presente en la baba.
Una propiedad beneficiosa de la baba de caracol es que posee antioxidantes naturales, que son moléculas que impiden la oxidación de las células, o en otros términos, el envejecimiento. Los antioxidantes presentes en esta secreción ayudan a reducir las arrugas de la piel e impiden la aparición de otras arrugas.
Si se aplica una crema con baba de caracol se realiza un peeling natural. Con la exfoliación se eliminan las células muertas de la piel, y este es uno de los rituales de belleza esenciales para pieles grasas. Aporta luminosidad, ayuda a eliminar las imperfecciones del acné y los puntos negros. Gracias al ácido glicólico contenido en esta baba, un peeling natural es absolutamente posible.
Una de las propiedades más interesantes y beneficiosas de la baba de caracol es que aporta firmeza y elasticidad a la piel. Gracias a su composición rica en colágeno y elastina, la piel recupera su aspecto liso y su textura, y todavía más importante, previene la pérdida de firmeza.