Calendario Azteca: Origen, Significado y Simbología de la Piedra del Sol
  • Calendario del Sol: Herramienta astronómica y religiosa azteca.
  • Tonalpohualli: Un ciclo ritual de 260 días.
  • Xiuhmolpilli: Un ciclo de 52 años que finalizaba con la ceremonia del Fuego Nuevo.
  • Simboliza la cosmogonía y la relación de los aztecas con los dioses.

Calendario Azteca

Una de las mayores pruebas de los grandes avances de las antiguas civilizaciones se puede notar dentro de la cultura azteca. En esta ocasión hablaremos específicamente sobre el calendario azteca.

Para conocer un poco más a fondo acerca de todo lo que concierne a este famoso calendario histórico y sus características principales, no dejes de leer la siguiente información ya que seguro te será de gran interés. Lo abordaremos de manera detallada, incluyendo tanto sus características, su simbología, así como las teorías modernas sobre su significado.

El Calendario Azteca (Calendario Mexica): Introducción

El Calendario Azteca, también conocido como Piedra del Sol, es uno de los monolitos más impresionantes y representativos de la cultura mexica. Este disco monolítico fue una herramienta crucial para medir el tiempo y realizar predicciones religiosas o astronómicas, lo que marcaba el ritmo de la vida cotidiana en Tenochtitlán.

El Calendario Azteca es mucho más que una simple forma de contar los días. Representa una combinación perfecta entre astronomía, religión y cosmogonía. Sus grabados describen los ciclos del tiempo en la cosmovisión de los mexicas y, al mismo tiempo, nos permite conocer cómo entendían ellos el universo y su relación con las fuerzas divinas.

Origen y Descubrimiento de la Piedra del Sol

Origen del Calendario Azteca

Se cree que la Piedra del Sol fue tallada entre los años 1250 y 1521 d.C., durante el periodo Posclásico mesoamericano. Este monolito, de más de 24 toneladas y 3.6 metros de diámetro, fue descubierto de nuevo en 1790, cuando se realizaban trabajos de excavación en la Plaza Mayor de la Ciudad de México.

Este monolito se ha asociado a Axayácatl, uno de los más influyentes tlatoanis de los mexicas, quien mandó a esculpir la piedra en 1479. Sin embargo, se ha especulado que durante el siglo XV pudo haber sido utilizado como temalácatl (plataforma para combates gladiatorios), especialmente durante la festividad de Tlacaxipehualiztli.

Actualmente, la Piedra del Sol se encuentra en la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología de Ciudad de México.

Diseño y Estructura del Calendario Azteca

Este monolito está diseñado con una serie de anillos concéntricos que encierran una compleja simbolización del tiempo y la mitología mexica. A continuación, analizamos sus componentes más destacados:

El Centro de la Piedra

En el centro de la Piedra del Sol se encuentra el rosto del dios Tonatiuh, el dios solar. Su lengua está representada como un cuchillo de pedernal, lo que simboliza los rituales de sacrificio humano que eran realizados en su honor para que el sol pudiera continuar su ciclo diario desde el amanecer hasta el ocaso.

Alrededor de la figura de Tonatiuh se hallan cuatro rectángulos que representan los cuatro soles anteriores o eras del mundo: Nahui-Ocelotl (cuatro jaguar), Nahui-Ehécatl (cuatro viento), Nahui-Quiahuitl (cuatro lluvia) y Nahui-Atl (cuatro agua). Cada una de estas eras terminó en catástrofe, y se creía que el actual quinto sol, 4 Ollin, también sucedería lo mismo.

El Primer Anillo

El primer anillo que rodea al dios Tonatiuh contiene 20 glifos, los cuales representan los 20 días del mes mexica. Entre estos signos se encuentran: el caimán (Cipactli), viento (Ehécatl), casa (Calli), y otros que simbolizan fenómenos naturales o animales con una conexión espiritual dentro de la mitología mexica.

Signos del primer anillo del Calendario Azteca

El Segundo Anillo

El segundo anillo presenta un patrón simétrico de pequeñas secciones cuadradas, cada una adornada con cinco puntos. Esta disposición es un símbolo de los cinco días que formaban parte de las semanas mexicas, también conocidos como los nemontemi, días nefastos que complementaban los ciclos anuales.

El Tercer Anillo: Las Serpientes de Fuego

Una de las características más relevantes de la Piedra del Sol es la presencia de dos serpientes de fuego, llamadas Xiuhcóatl, que rodean el monolito. Las cabezas de estas serpientes aparecen en la parte inferior de la piedra, y su presencia parece denotar tanto el carácter sagrado de la piedra como la relación de los mexicas con el tiempo cíclico.

El Cuarto Anillo

El último anillo en la parte más externa del monolito presenta un patrón de estrellas o elementos celestes. Estas inscripciones simbolizan el cielo nocturno, las estrellas, y posiblemente aluden a los diferentes dioses mexicas relacionados con la agricultura y la guerra.

El Significado del Calendario y su Funcionalidad

El Calendario Azteca no solo era un instrumento para medir el tiempo, sino también una manifestación del funcionamiento del universo y la importancia de los dioses en la estabilidad del mundo. Los aztecas dividían el tiempo en dos ciclos: el Tonalpohualli, que constaba de 260 días, estaba destinado principalmente a las ceremonias religiosas y predicciones astrológicas, mientras que el ciclo solar, el Xíhuitl, tenía 365 días distribuidos en 18 meses de 20 días más un periodo adicional de 5 días considerados nefastos.

Cada 52 años, estos dos calendarios se sincronizaban, formando un ciclo mayor conocido como el Xiuhmolpilli, o ceremonia del Fuego Nuevo. Se creía que al final de cada uno de estos ciclos el mundo estaba en riesgo de ser destruido, por lo que se realizaban rituales de renovación para apaciguar a los dioses.

El Calendario Azteca en la Actualidad

Hoy en día, el Calendario Azteca sigue siendo objeto de estudio tanto para expertos en arqueología como para historiadores, quienes buscan descifrar completamente su función y significados. La imagen de la Piedra del Sol ha sido adoptada como un símbolo de identidad mexicana, apareciendo en monedas, billetes y otros elementos de la cultura popular.

Calendario Azteca en la cultura

Más allá de su valor artístico, la Piedra del Sol es una evidencia del grado de sofisticación alcanzada por los mexicas en cuanto a astronomía y cosmología. Además, su conservación en el Museo Nacional de Antropología ofrece a los visitantes una oportunidad única para conocer más sobre las creencias y la civilización azteca.

El impacto de la Piedra del Sol en la cultura mexicana contemporánea sigue siendo significativa, siendo considerada como un símbolo nacional e histórico que aún cautiva y fascina a quienes buscan comprender el pasado.


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