Nutrición, polen y miel: Claves en la alimentación de las abejas

  • El néctar y el polen son esenciales en la dieta de las abejas, proporcionándoles energía y proteínas.
  • La alimentación complementaria es crucial durante periodos de escasez o en invierno.
  • Diversas estrategias, como el uso de tortas proteicas o sustitutos de polen, ayudan a mantener la colonia en buen estado.

abeja

Las abejas se nutren principalmente de néctar y polen que recolectan de las flores y árboles. Se sienten atraídas por el néctar, un jarabe dulce que extraen de los cálices de las flores. Durante el proceso de recolección, las abejas se impregnan de polen, que se adhiere a su cuerpo y termina sirviendo tanto para su alimentación como para la polinización de otras flores.

La importancia del polen y el néctar

El néctar, altamente energético, es esencial en la nutrición de las abejas. Además de ser convertido en miel en la colmena, les proporciona la energía necesaria para sus actividades diarias: vuelo, termorregulación y cría de larvas. El polen, por otro lado, es vital para el desarrollo de la colonia al ser una de sus principales fuentes de proteínas y minerales.

El polen es transformado por las abejas en lo que se denomina «pan de polen», utilizado posteriormente como alimento para las larvas y para toda la colonia. Este es un alimento fermentado que además de proteínas puede contener grasas, vitaminas y otros compuestos bioactivos esenciales para la salud de las abejas. La composición del polen puede variar según la especie de planta de la que provenga; por ejemplo, el polen de los sauces es particularmente rico en proteínas, mientras que plantas como el girasol proporcionan un polen con menor valor nutricional.

El papel del polen en la salud de las abejas

nutrición de las abejas

En el ciclo vital de las abejas, el polen cumple una función crítica. Las abejas jóvenes necesitan grandes cantidades de proteínas para producir jalea real, una sustancia con la cual alimentan a las crías. Una dieta pobre en polen o con polen de baja calidad puede resultar en un menor desarrollo larval, originando abejas más pequeñas y con mayor susceptibilidad a enfermedades. Esto es especialmente importante durante la primavera y el otoño, cuando las colonias experimentan un importante crecimiento poblacional.

El polen contiene entre 15 y 19 aminoácidos, de los cuales 10 son esenciales para las abejas. No todos los pólenes contienen todos los aminoácidos, por lo que las abejas deben recolectar diferentes tipos de polen para completar su dieta. Un indicativo de una buena recolección de alimentos proteicos se puede observar en la colmena: cuanto más variado sea el color del polen que almacenan, mejor será la alimentación proteica.

La alimentación de las abejas durante el invierno

Durante la estación invernal, las abejas no pueden forrajear debido a la falta de flores y el frío. En esta etapa, dependen completamente de las reservas de miel que han acumulado durante el año. La cantidad de miel almacenada debe ser suficiente para mantener alimentada a toda la colonia hasta la llegada de la primavera.

El apicultor puede intervenir alimentando a las abejas con jarabes azucarados o incluso con miel, en caso de que las reservas de la colmena sean insuficientes. En cualquier caso, es importante que las abejas reciban el tipo de miel al que están acostumbradas; por ejemplo, si se han alimentado de miel de eucalipto, no deben ser alimentadas con miel de otro tipo, como la de lavanda o montaña.

Sustitutos nutricionales en épocas de escasez

nutrición de las abejas

Algunos apicultores suelen proporcionar jarabes de azúcar o polen biológico como alternativas nutricionales. Estas soluciones pueden ser útiles durante el invierno o en momentos de sequía cuando las plantas no producen suficiente néctar o polen. El cambio climático ha hecho que en algunas regiones las floraciones sean cada vez más irregulares, lo que aumenta el riesgo de falta de alimentos para las abejas.

En épocas de escasez de polen, los apicultores pueden ofrecer sustitutos de polen, que ayudan a cubrir las necesidades de proteínas, lípidos y minerales de las abejas. Estos sustitutos también fomentan el desarrollo de la colonia estimulando la puesta de huevos por parte de la reina.

Nutrientes esenciales en la dieta de las abejas

Al igual que muchos seres vivos, las abejas requieren una dieta que cubra todas sus necesidades nutricionales. Entre los elementos más importantes que consumen se encuentran:

  • Hidratos de carbono: Encontrados en la miel y en el néctar de las flores, estos proporcionan cerca del 80% de los azúcares que las abejas necesitan.
  • Proteínas: El polen aporta proteínas, una media de aproximadamente el 25% de proteína cruda, aunque este valor puede variar según la planta.
  • Grasas: La fuente principal de grasas para las abejas también proviene del polen.
  • Minerales: Los minerales, otra parte fundamental de la dieta, se encuentran tanto en la miel como en el polen.
  • Agua: Imprescindible para todas las funciones vitales, el agua debe estar siempre disponible cerca de las colmenas.

La necesidad de complementar la alimentación

Alimentar a las abejas no siempre se limita a asegurar que sus reservas de miel y polen sean suficientes. Las condiciones meteorológicas pueden afectar gravemente la capacidad de una colonia para obtener alimento. En situaciones de sequía, lluvia o temperaturas extremas, la producción de néctar y polen por parte de las plantas disminuye drásticamente. Para evitar la hambruna en la colmena, los apicultores suelen recurrir a alimentos complementarios como jarabes azucarados y tortas proteicas.

En climas mediterráneos, donde las sequías pueden prolongarse durante meses, cerca del 80% de las colmenas españolas implementan sistemas de trashumancia, moviendo las colmenas a lugares donde las abejas pueden encontrar nuevas flores y fuentes de alimento. Sin embargo, cuando esto no es posible, los suplementos proteicos y energéticos se vuelven esenciales para mantener la colonia viva.

Alimentos complementarios para abejas

Jarabes de hidratos de carbono

Generalmente utilizados cuando la colonia aún posee reservas de polen, los jarabes son ricos en azúcares simples como la fructosa, glucosa y sacarosa. Estos compuestos son asimilados fácilmente por las abejas y proporcionan la energía necesaria para las labores diarias. El tipo de jarabe a utilizar dependerá de las necesidades específicas de la colonia y de las condiciones climáticas.

Tortas proteicas

En épocas de escasez de polen, las tortas proteicas, que contienen entre un 8% y un 50% de proteínas, se utilizan para garantizar un adecuado desarrollo larval y una buena producción de jalea real. Las tortas favorecen el crecimiento de la población y mantienen la producción de jalea, un elemento fundamental para la supervivencia y salud de las crías en desarrollo.

Un correcto manejo de la alimentación de las abejas asegura su supervivencia durante los períodos difíciles. Con una dieta completa y equilibrada, las abejas pueden mantenerse fuertes, saludables y productivas, contribuyendo no solo a la producción de miel sino también a la polinización de cultivos y plantas silvestres, actividades esenciales para la biodiversidad del planeta.


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