El uso del idioma español tiene una muy buena cantidad de reglas que debemos aprender a manejar para poder utilizarlo con completa maestría y seguridad.
Primeramente cabe decir que el gran error que la mayoría de personas llega a cometer es en la colocación del acento ortográfico y si el acento prosódico que necesita llevarlo en la palabra correspondiente. El problema radica principalmente, para ser más exactos, en el uso de las palabras agudas, graves o llanas, esdrújulas y sobresdrújulas ya que cada una de estas clases de palabra lleva sus propias reglas de acentuación distintas.
Primeramente cabe destacar que las palabras pueden ser tónicas o átonas. En el primer caso se refiere cuando una de las silabas de dicha palabra presenta el uso de acento, mientras que las palabras átonas son las que ninguna sílaba sobresale entre las demás, esto se da en el caso de los artículos (el, la, lo, etc), pronombres (me, te, nos, etc), adjetivos posesivos (mi, tu, su, etc) y muchos otros casos variados.
Para tener un punto más aclaratorio sobre el buen uso de las palabras, vamos a explicar detenidamente cual es el buen uso de las palabras agudas en general.
Las palabras agudas son características por tener la mayor fuerza de entonación ubicada en la última silaba de la palabra, el mayor problema que presentan son relacionados en el caso de cuando deben ser tildadas y cuando no.
La regla principal para que una palabra aguda lleve acento ortográfico es que la misma palabra debe terminar en las letras S, N o en alguna de las cinco vocales. Por ejemplo: camión, francés, bebé, patán, autobús, dominó, etc.
Esta ley ortográfica es completamente contraria a la que indica cuando una palabra grave debe tener tilde ortográfica (en el caso de este tipo de palabras ocurre cuando la palabra no termina en S, N o vocal).