Las bacterias son unos organismos microscópicos que se cree que fueron la única forma de vida en la Tierra durante 2.000 millones de años. Su descubrimiento se le atribuye a Anton van Leeuwenhoek, un científico neerlandés del siglo XVII.
Son procariotas, es decir, no presentan un núcleo celular definido, y su tamaño oscila entre los 0,5 y los 5 micrómetros, aunque gracias los microscopios se pueden observar en detalle, así como las diversas formas que adopta: esferas, barras, sacacorchos y hélices.
Una vez pertenecieron al reino animal, pero más tarde se las colocó en un reino independiente, llamado mónera. Su estudio le corresponde a la bacteriología, una ciencia que comenzó a desarrollarse a finales del siglo XIX como resultado de las investigaciones médicas y de los procesos de fermentación, especialmente las de Louis Pasteur y Robert Koch.
Las bacterias viven en todos los organismos vivos, así como por todos los terrenos del planeta, desde las profunidades del océano hasta la montaña más alta, debido a que se adaptan con facilidad a cualquier condición ambiental. Se calcula que hay más bacterias en la Tierra que cualquier otro tipo de organismo. Sólo en un gramo de suelo fértil, se pueden alcanzar los 2,5 mil millones de ejemplares.
Las personas también tenemos bacterias viviendo en nuestro interior, sobre todo en la piel y el tracto digestivo. Algunas son beneficiosas y las que no lo son suelen quedar anuladas por el efecto protector del sistema inmunológico. Sin embargo, no siempre es así. Algunas bacterias patógenas pueden provocar enfermedades infecciosas muy peligrosas para la salud, como es caso del cólera o la lepra.