Tal parece que España no está muy bien en cultura científica, y es que increíblemente el 46% de los españoles no son capaces de nombrar un solo científico, de cualquier época o nacionalidad. ¿Puedes creerlo? ¡Realmente preocupante!
El dato ha sido revelado por el Estudio Internacional de Cultura Científica elaborado por la Fundación BBVA en su Informe Internacional sobre Cultura Científica, que según afirman, los españoles son los europeos que menos saben sobre ciencia.
El Departamento de Estudios Sociales y Opinión Pública de la Fundación BBVA elaboró una encuesta para examinar el grado de cultura general en ciencia y nivel de comprensión científica en los habitantes mayores de 18 años de 10 países de Europa (España, Italia, Francia, Países Bajos, Alemania, Austria, República Checa, Polonia, Reino Unido y Dinamarca), con entrevistas personales a 1,500 personas.
Entre los resultados encontramos que no solamente casi la mitad de españoles no conoce a los dos premios Nobel nacidos en la Madre Patria como Santiago Ramón y Cajal y Severo Ochoa, sino que además ni siquiera recuerdan grandes personajes del mundo de la ciencia, como Einstein, Newton, Edison o Marie Curie, por mencionar algunos ejemplos. Sin embargo, España no es el único país con resultados pobres, entre las naciones con puntuaciones bajas también encontramos a Polonia e Italia.
El contexto europeo y la cultura científica
Por su parte, países como Dinamarca y Países Bajos son las naciones que cuentan con un mayor nivel de conocimiento científico dentro del continente europeo, con un nivel un poco superior al de Estados Unidos. Este contexto es importante, ya que muestra una tendencia generalizada en Europa, donde solo unos pocos países destacan por su cultura científica, mientras que el resto lucha por mejorar su alfabetización científica.
El estudio también revela que son los hombres jóvenes quienes tienen un mayor nivel de conocimiento en ciencia. Otro aspecto preocupante es la enorme diferencia en cuanto al nivel de conocimiento científico de hombres y mujeres, así como entre las distintas franjas de edad.
Contrastes a nivel mundial
Aunque España quede rezagada en términos de conocimiento científico, hay ciertos datos globales que son importantes tener en cuenta para entender cómo se compara el país con otras naciones fuera de Europa. Estudios como el de La Vanguardia señalan que en países como EE.UU., las cifras no son mucho mejores. Más del 65% de los estadounidenses creen en conceptos pseudocientíficos, como la idea de que los humanos convivieron con dinosaurios o que el cambio climático es un mito fabricado.
Los países donde la educación científica forma parte central del sistema educativo —como Japón y Corea del Sur—, son los que han logrado incrementar considerablemente el nivel de conocimiento científico general de su población.
El futuro de la cultura científica en España
Se ha destacado que es importante influir en el sistema educativo para que los españoles se sientan más implicados con la ciencia y la tecnología. Una encuesta de la Fundación BBVA reveló que solo el 36% de los españoles tiene un conocimiento ‘alto’ o ‘muy alto’ de conceptos científicos.
Entre las propuestas de mejora para incrementar el conocimiento científico se encuentra la implementación de asignaturas obligatorias de ciencias más prácticas (como la biotecnología, nanotecnología o inteligencia artificial), que irían más allá de lo meramente teórico y aportarían una visión más cercana de cómo la ciencia impacta directamente en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Investigadores como Santiago Ramón y Cajal o Severo Ochoa deben ser mejor introducidos en las aulas desde una edad temprana. Un aspecto clave para mejorar la cultura científica en España es aumentar la presencia en los medios sobre los aportes de estos científicos, haciendo que su legado no pase desapercibido.
Finalmente, debe tenerse en cuenta el contexto social, económico y político al diseñar estrategias que promuevan la ciencia. España, al igual que muchos otros países europeos, debe construir sus políticas científicas sobre la base de un compromiso con el desarrollo investigativo y educativo a largo plazo.
La ciencia ha demostrado ser, más que nunca, esencial para abordar problemas globales como el cambio climático, las pandemias y la escasez de recursos. A largo plazo, es probable que el desarrollo de una cultura científica más fuerte permita a España hacer avances en estos frentes y obtener beneficios para su sociedad.