Una de las muchas cosas por las que se caracterizó la Edad Media –el período histórico de la civilización occidental comprendido entre el siglo V y el XV– fueron las enormes desigualdades entre nobles y campesinos, o lo que es lo mismo, entre ricos y pobres.
Los nobles eran una clase social que englobaba a los señores, las damas y los caballeros. El estatus del que gozaban estas personas en la sociedad estaba por encima del de los campesinos, quienes estaban obligados a servirles y a vivir bajo su control.
Los señores
Durante la Edad Media, los señores tenían completa autoridad sobre sus tierras y las personas que vivían en ellas, aunque las mujeres de la nobleza tenían muy pocos derechos.
De ellas se esperaba que contrajeran matrimonio con quien su padre había elegido en su nombre, algo que solía producirse a la temprana edad de 12 años. A partir de ese momento, su obligación era cuidar de la casa, dar a luz a herederos y criarlos.
Los caballeros
Los caballeros estaban para servir a su señor en tiempos de guerra. Disfrutaban de más libertades y derechos que los campesinos, pero su vida estaba siempre en riesgo, pues las batallas durante la Edad Media se producían con mucha frecuencia.
Sus hogares
A diferencia de los campesinos, que vivían en humildes chozas de una sola habitación, los nobles lo hacían en hermosos castillos rodeados de sirvientes y bastantes comodidades, aunque tampoco demasiadas, pues el propósito de estas construcciones era brindar la máxima protección posible a sus habitantes, por lo que a menudo se descuidaban otros aspectos del interior, convirtiéndose en lugares húmedos, malolientes y, sobre todo, muy fríos.