Desde los inicios de la civilización, el hombre se ha visto en la necesidad de contabilizar las cosas. Las culturas alrededor del mundo desarrollaron sus propios sistemas numéricos para ello. Este artículo explora los principales sistemas numéricos de la antigüedad y cómo estos evolucionaron hasta el sistema que usamos en la actualidad.
Los primeros sistemas de numeración
Alrededor del 7.000 a.C., en la región del Egipto antiguo, ya se usaban sistemas numéricos, basados en ideogramas jeroglíficos cuya función era facilitar la administración estatal, cálculo de impuestos y la construcción de templos. Este sistema era decimal y aditivo, agrupando elementos de 10 en 10 y asignando símbolos específicos para cada conjunto. Las matemáticas eran vitales para el comercio y las actividades cotidianas.
Los sumerios, que habitaron la región de Mesopotamia hacia el 4.000 a.C., desarrollaron otro avanzado sistema de numeración centrado en la base sexagesimal, con un sistema posicional. Este método, que tenía una base 60, es el precursor de cómo hoy en día medimos el tiempo (horas, minutos, segundos). Su numeración era compleja y daba lugar a una gran cantidad de numerales.
Sistemas numéricos en otras civilizaciones
- Los griegos: Utilizaron inicialmente un sistema no posicional basado en el alfabeto; sin embargo, este resultó ser poco flexible en términos matemáticos.
- Los romanos: Su sistema de numeración, conocido como números romanos, es uno de los más conocidos. Se trataba de un sistema aditivo que representaba cantidades mediante letras, pero no era posicional.
- Los chinos: Desarrollaron un sistema decimal y multiplicativo que empezó a usarse alrededor del 1500 a.C., con ideogramas que representaban decenas, centenas y millares, lo que les facilitaba el registro de grandes cantidades.
Además de los chinos y los romanos, otras civilizaciones como los incas utilizaron sistemas numéricos únicos. El sistema inca se basaba en los quipus, cuerdas con nudos que representaban cifras decimales, con las que contaban y almacenaban información, especialmente registros económicos.
Los mayas y su sistema vigesimal
El imperio maya desarrolló entre el 400 y 300 a.C. un sistema de numeración vigesimal posicional, considerado uno de los más avanzados de la antigüedad, no solo por su precisión, sino por la inclusión del número cero en su aritmética, algo que los europeos no adoptaron hasta muchos siglos después. Utilizaban barras y puntos para representar los números, lo que les permitía obtener cifras de entre el 1 y el 19 de manera sencilla.
Los mayas basaban su numeración en el número 20, y combinaban los números del 1 al 19 con un sistema posicional que les permitía representar grandes cantidades de forma eficiente. Este sistema tenía aplicaciones en la astronomía, ya que lograban hacer cálculos extremadamente precisos sobre la posición del sol y otros astros.
El legado numérico de los hindúes
La cultura hindú dio un paso más allá al desarrollar un sistema decimal y posicional, que es la base de la numeración que usamos actualmente. En la India, hacia el 5 a.C., se introdujo un sistema de notación numérica en el que el valor de una cifra dependía de su posición relativa. Pero sin duda, su mayor contribución matemática fue la invención del número cero, llamado inicialmente Zunya, que significa ‘vacío’. Esta invención facilitó la representación de números como 36, 360 o 3006, evitando los crasos errores que anteriormente se cometían al dejar espacios en blanco.
El sistema numérico en Europa y su propagación mundial
El sistema decimal hindú, conocido equivocadamente como sistema de numeración arábigo, fue introducido en Europa por los árabes. En el siglo X, los musulmanes que ocupaban el sur de España llevaron este sistema al continente europeo, donde reemplazó gradualmente a los números romanos debido a su simplicidad y su capacidad para realizar cálculos más complejos. Aunque inicialmente fue resistido por algunos sectores de la sociedad europea debido a su origen extranjero, sus ventajas prácticas lo hicieron prevalecer con el tiempo.
Fue el matemático italiano Leonardo de Pisa, más conocido como Fibonacci, quien popularizó este sistema mediante su obra ‘Liber Abaci’. Desde entonces, este sistema se estableció como el método predominante de numeración en todo el mundo y sigue siendo la base de cómo realizamos operaciones matemáticas hoy en día.
La evolución de los sistemas numéricos es un testimonio de la necesidad humana de clasificar, ordenar y calcular, creando herramientas que nos han permitido alcanzar impresionantes logros en distintos campos. Gracias a la invención del cero y las bases numéricas posicionales, nuestras civilizaciones han podido progresar tecnológicamente.