Vivimos rodeados de estrellas. En total, se cree que hay unas 200.000 millones sólo en la Vía Láctea. Hay algunas que son tan grandes que superan en tamaño a nuestro Sol, y otras mucho más pequeñas, incluso menores que el planeta Tierra. Sin embargo, sólo podemos ver algo más de 2.000 estrellas, siempre y cuando estemos alejados de las luces de la ciudad.
De todas las estrellas visibles, hay algunas que han sido fundamentales para los navegantes y viajeros desde tiempos inmemoriales. Sin duda, la que ha sido clave para la orientación en el hemisferio norte es la Estrella Polar. Representando un punto fijo en el cielo nocturno, la Estrella Polar ha revelado muchos de sus secretos a lo largo de los años, pero continúa fascinando a científicos y astrónomos por sus propiedades únicas y cambios inesperados.
Descubrimientos sobre la distancia de la Estrella Polar
La Estrella Polar ha guiado a los marineros del Hemisferio Norte desde hace más de 3.000 años. Durante mucho tiempo, se pensó que esta estrella se encontraba a una distancia de 434 años luz. Sin embargo, un estudio reciente liderado por el astrónomo David Turner, en colaboración con científicos de Ucrania y Bélgica, ha revelado que la estrella en realidad se encuentra a 323 años luz de la Tierra. Para comprender la grandiosidad de esta distancia, equivale aproximadamente a 3.056 billones de kilómetros.
La misión Gaia de la Agencia Espacial Europea también ha contribuido significativamente a mejorar la precisión de las mediciones de la Estrella Polar. Según las observaciones actuales, la distancia exacta es de aproximadamente 447 años luz, lo que reduce considerablemente la incertidumbre previa.
La importancia de Polaris como referente estelar
La Estrella Polar, también conocida como Polaris, no sólo es importante por ser un punto fijo del cielo para la navegación. Es una estrella de tipo variable cefeida, lo que significa que su brillo oscila de manera periódica, concretamente cada 3,97 días. Estas variaciones son mínimas y no perceptibles a simple vista, pero son lo suficientemente significativas como para proporcionar a los astrónomos un método crucial para estimar distancias cósmicas grandes.
Su función como vela estándar para determinar distancias estelares cercanas y lejanas ha sido clave para estudios relacionados con la expansión del universo. Además, debido a su estabilidad, ha sido objeto de observación desde la antigüedad, donde civilizaciones como la china y egipcia ya reconocían su valor como estrella polar constante.
¿Cómo localizar la Estrella Polar?
La Estrella Polar es fácilmente identificable si se conoce la ubicación de la constelación de la Osa Mayor. Aquí te dejamos los pasos básicos para encontrarla:
- Localiza la Osa Mayor en el cielo nocturno. Esta constelación es fácilmente reconocible por su forma de carro.
- Imagina una línea recta que conecta las dos estrellas más brillantes del cubo de la Osa Mayor.
- Extiende esa línea unas cinco veces la distancia entre las dos estrellas hasta llegar a una estrella solitaria, brillante y aparentemente inmóvil: la Estrella Polar.
La estrella siempre apunta hacia el norte geográfico, por lo que ha sido invaluable para los exploradores desde la antigüedad.
Es importante recordar que a pesar de su importancia, Polaris no es la estrella más brillante del cielo nocturno. Ese título le corresponde a Sirio, pero su ubicación la convierte en un hito astronómico de gran relevancia.
La estructura de la Estrella Polar: Un sistema estelar triple
Aunque a simple vista Polaris parece una única estrella, en realidad es un sistema estelar triple. Polaris A, la más brillante y visible sin ayuda de telescopios, está acompañada de Polaris B, una estrella de la secuencia principal que está más alejada pero es observable con telescopios de tamaño modesto. Finalmente, Polaris Ab es una estrella compañera más cercana que orbita muy cerca de la gigante principal.
El sistema ternario de Polaris ha sido objeto de estudio desde el siglo XVIII cuando fue descubierto por el astrónomo William Herschel. La relación entre estas estrellas, especialmente entre Polaris A y Polaris Ab, es compleja debido a su proximidad y a la interacción gravitacional que ejercen.
Cambios en la Estrella Polar: Un astro en evolución
La Estrella Polar siempre ha sido asociada con la estabilidad, pero los estudios recientes han revelado que en realidad está experimentando cambios significativos. La estrella está perdiendo masa a un ritmo asombroso, con una estimación de pérdida equivalente a la masa de la Tierra cada año.
Los astrónomos también han observado que la pulsación de la estrella no es constante. En un análisis llevado a cabo con datos recopilados desde 1844, se descubrió que su periodo de pulsación ha disminuido en aproximadamente 4,5 segundos por año. Esto indica que Polaris se encuentra en una etapa avanzada de su ciclo de vida y que en algún momento podría transformarse en una gigante roja.
Las nuevas observaciones realizadas por el Centro de Astronomía de Alta Resolución Angular (CHARA) de la Universidad Estatal de Georgia han revelado incluso detalles sorprendentes de la superficie de Polaris. Gracias a telescopios de alta precisión, se han identificado manchas estelares similares a las observadas en nuestro Sol, lo que ha permitido a los científicos estudiar de manera más detallada la actividad electromagnética de la estrella.
Desafíos futuros: ¿Seguirá Polaris siendo la Estrella Polar?
Polaris no siempre ha sido la estrella polar y no lo seguirá siendo para siempre. Debido al fenómeno de precesión axial, el eje de rotación de la Tierra cambia lentamente su orientación en un ciclo de 25.776 años. Esto significa que, en unos pocos miles de años, Polaris ya no será la estrella que marque el polo norte celeste. En el pasado, la estrella Thuban, en la constelación de Draco, ocupaba este lugar, y en el futuro, otra estrella tomará su lugar.
A pesar de estos cambios, el proceso es tan lento que Polaris seguirá siendo un hito en el cielo nocturno durante varias generaciones más. Sin embargo, para los astrónomos, seguir el movimiento del polo celeste es fundamental para entender los ciclos de nuestro planeta a lo largo del tiempo.
Polaris ha sido una guía constante para los navegantes, exploradores y científicos a lo largo de la historia humana. A medida que avanzamos en la exploración del espacio profundo, esta estrella sigue siendo un símbolo de constancia y un punto de referencia en el vasto firmamento.