Para la temporada de frío es vital tener algo de calefacción en el hogar que nos ayude a mantenernos calentitos tras llegar del trabajo o de la calle. Existen numerosos tipos de calefacción y cada uno posee unas ventajas y unos inconvenientes que hay que tener en cuenta a la hora de utilizarlos. El primer aspecto que se tiene en cuenta es el consumo. Hay que evitar a toda costa que a final de mes nos claven en la factura de la luz. Por ello, hoy venimos a hablar de cómo funciona una estufa de parafina.
¿Quieres saber todo lo relacionado sobre este tipo de estufas y sus cualidades? Sigue leyendo para aprender más.
Características de la estufa de parafina
Es normal que, cuando hace bastante frío, queramos calentar la casa lo más rápido posible. Por ello, a lo primero que se suele recurrir es a un calefactor eléctrico. Como calefacción acelerada no presenta ningún problema. Al revés, es un excelente calefactor que calienta la habitación en poco tiempo. Sin embargo, podemos comprobar que, una vez nos llega la factura de la luz, hemos elegido una mala opción.
Para que no ocurra este tipo de situaciones nos encontramos con la estufa de parafina. El tamaño de la estufa es similar a los eléctricos y utilizan la parafina como combustible. Este hecho presenta algunas ventajas con respecto al anterior.
El calor que nos otorga es mucho más agradable ya que no es tan concentrado. Se va dispersando por toda la habitación para igualar la temperatura en todos los rincones. De la otra forma, la sensación de calor rápida proviene de una desigualdad del reparto del calor. En las zonas más alejadas de la estufa hará más frío que en la zona más cercana. Con la parafina, es igualitaria en toda la habitación.
Otra ventaja que tiene es el consumo reducido. Comparando el consumo de una estufa de parafina que se utiliza una media de 4 horas al día durante 5 días a la semana en invierno, nos reduce el coste a unos 33 euros el mes, comparado a los 44 euros que nos supondría utilizar la estufa eléctrica.
Además, tenemos una calefacción con alto rendimiento sin necesidad de instalación. Tan solo hay que sacarlas de su embalaje y rellenar el depósito de combustible.
Tipos de estufas de parafina
Hay diferentes tipos de estufas de parafina dependiendo de cómo funcionan.
Estufas de parafina de mecha
El primer tipo no necesita de conexión eléctrica de ningún tipo y es muy sencilla de usar. Tan solo rellenaremos el depósito con el combustible y funcionará. Si es la primera vez que la utilizas, deberás esperar al menos una media hora tras el vertido del combustible para que la mecha se empape bien y no se queme antes de tiempo. Esto tan solo hay que hacerlo la primera vez tras el estreno de la estufa. El resto de veces, su utilización es instantánea.
Estufas de láser
Es otro tipo de estufas de parafina. Este modelo sí requiere de electricidad ya que posee un sistema electrónico para poder controlar mejor algunos aspectos de la calefacción. Estas ventajas ofrecen un mejor servicio que las estufas de mecha. Por ejemplo, cuentan con un control electrónico del quemador, termostato, función de ahorro de combustible, etc. Además, tienen la ventaja de que se pueden programar para utilizarla a determinadas horas del día y llegar a casa estando la casa ya calentita.
Con el ventilador que dispone ayuda a repartir el calor de forma equitativa por toda la habitación y no como lo hacen las estufas eléctricas. Las estufas de láser son algo más caras.
Requisitos para un buen funcionamiento
Obviamente, existen algunos requisitos para que estas estufas funcionen correctamente. La ubicación es uno de ellos. No es igual colocar la estufa en un lado de la habitación que en otro. Para optimizar el rendimiento, vamos a decirte dónde debes colocarla.
Lo primero es que ver el tamaño de la habitación donde vayamos a colocarlo. Estas estufas están fabricadas para dar calor a habitaciones de 50 metros cuadrados como máximo de tamaño. Dado que la parafina desprende un olor a veces no tan agradable, es importante que la habitación tenga ventilación. No es para nada aconsejable su uso en cuartos de baño o dormitorios dado que los gases emitidos en alta concentración pueden ser tóxicos.
La ventaja que otorgan las estufas de láser es que cuentan con un sensor que es capaz de detectar si la concentración de gases es demasiado grande como para dañar al ser humano y detiene automáticamente las emisiones. Para las casas de campo en las que la conexión eléctrica sea de baja potencia o no haya conexión eléctrica, la estufa de mecha es una gran opción.
La limpieza es algo importante a tener en cuenta a la hora de utilizar las estufas de parafina. si no se limpian con una determinada frecuencia, estaremos provocando su deterioro y acabarán por estropearse. Su mantenimiento es bastante sencillo. Tan sólo hay que tener en cuenta algunas cosas:
- Pulsar el botón de encendido no más de 4 segundos o quemaremos la resistencia.
- Al acabar la temporada de invierno hay que dejar que la estufa consuma toda la parafina para que la mecha se seque y no se endurezca.
- Si la resistencia no funciona, tan solo hay que cambiarla abriendo la carcasa, quitando la estropeada por una nueva.
El mantenimiento no debe causar problemas.
Consumo de la estufa de parafina
El consumo de una estufa de parafina viene determinado por la potencia. A mayor potencia, mayor consumo. Para comprar parafina, debemos comprar bidones de 20 litros con un precio que ronda los 40 euros. Dependiendo de la potencia que tenga la estufa puede consumir entre 0,13 y 0,30 litros por hora. Como pueden ver es un consumo minúsculo.
Hoy en día el uso más extendido de estas estufas es en las zonas donde hay corrientes de aire. Por ejemplo, en oficinas públicas donde las puertas se abren y se cierran es ideal, ya que son capaces de calentar rápidamente la habitación de nuevo y repartir mejor el calor.
Espero que con esta información puedan saber más sobre las estufas de parafina.