Primeramente, se debe poner agua en un recipiente bastante grande, detergente para lavar a mano, y el zumo de 2 limones. Se sumerge la ropa que se desea blanquear y se deja metida en el agua durante al menos 30 minutos.
Después se enjuaga la ropa blanca y se lava como el resto de la colada. Se puede lavar en lavadora utilizando el programa adaptado al tipo de tejido. No conviene preocuparse por el olor del limón, porque desaparecerá con el lavado y no impregnará el resto de la ropa.
Una vez que la ropa está lavada, se tiende en un lugar soleado. Se puede tender la colada sobre unas cuerdas del jardín, en la azotea o en una terraza. Los rayos del sol hacen que la ropa se vuelva más blanca y se termine eliminando el tono amarillento que tanto se detesta de la ropa de color blanco.
Recomendamos tender la colada al sol en las horas más cálidas del día, porque los rayos solares son más potentes. Igualmente, hay que dejar que la ropa se seque durante varias horas para que el proceso de blanqueamiento sea más eficaz. Al obtener un blanco más intenso, se economiza también energía porque no es necesario utilizar la secadora.
También conviene saber que contrariamente a estos consejos, nunca se debe tender la ropa negra al sol. La ropa negra se descolora y luego no se puede recuperar el tono original. De esta forma, se debe tender la ropa oscura a la sombra para proteger su color y evitar que se dañe.