El día de hoy vamos a hablar de la gastronomía típica de América, donde destacan dos reconocibles potencias gastronómicas: México y Perú. Ambos países presentan algunas similitudes, como la mezcla de influencias locales prehispánicas y europeas, africanas y asiáticas. Ambos destacan por la riqueza de sus frutas y vegetales únicos, lo que hace que sus estilos gastronómicos sean aún más especiales y diversos.
Por un lado, México es mundialmente famoso por su gran variedad de ajíes, mientras que Perú cuenta con una rica subdivisión gastronómica determinada por sus zonas costeras, andinas y selváticas, cada una con sus propios ingredientes.
La variedad de la comida mexicana
En el marco de la comida mexicana, encontraremos como base fundamental el maíz, el cual sirve para preparar tortillas, tamales, atoles y una gran cantidad de antojitos. Otros ingredientes clave incluyen el chile, el arroz (especialmente para el arroz a la mexicana), las verduras, las leguminosas, las hortalizas, las diversas carnes, el jitomate y el nopal.
Llamadas a menudo como la comida del pueblo, las tortillas de maíz desempeñan un papel fundamental en la dieta diaria en México. Desde los populares tacos hasta las enchiladas y otras delicias como el pozole y el tamale, el maíz es indispensable. Asimismo, el chile en todas sus variedades transforma cada plato, desde el sutil chile poblano hasta los poderosos habaneros y jalapeños.
Mención especial merecen platillos como las enchiladas suizas, que recuerdan un paisaje nevado suizo con su mezcla de salsa verde de tomatillo y queso blanco gratinado, o el mole poblano, denso y profundo en sabor, que combina chiles, chocolate, frutos secos, especias y más para acompañar carnes asadas.
La riqueza de la comida peruana
Por otro lado, la famosa comida peruana destaca por la increíble variedad de ingredientes autóctonos. Perú cuenta con más de 2,500 variedades de papas nativas, lo que da cuerpo a platos tan tradicionales como la causa limeña o el ajiaco de papas. Junto con sus papas, la vasta diversidad de alimentos incluye ajíes como el ají amarillo y el rocoto, frutas únicas como la chirimoya y la lúcuma, y más de 650 especies originarias de frutos.
El plato estrella indiscutible en la gastronomía peruana es el ceviche. Preparado con pescado crudo, ají limo, jugo de limón, cilantro y marinado en cebolla, el ceviche es el emblema de la frescura, celebrada no solo en Perú sino en todo el mundo. La costa peruana ofrece también una enorme variedad de mariscos, que se pueden acompañar con una bebida refrescante llamada chicha morada, hecha con maíz morado y frutas.
No podemos dejar de mencionar la pachamanca, un plato tradicional de las tierras andinas preparado en un horno subterráneo, combinando carnes de todos tipos con papas y salsas sazonadas con hierbas locales.
La comida emblemática de Estados Unidos
La gastronomía de Estados Unidos es indiscutiblemente conocida por sus platillos icónicos de comida rápida. Sin embargo, su diversidad va más allá de las hamburguesas y papas fritas. Entre los platos más representativos encontramos las Buffalo wings, alitas de pollo crujientes bañadas en una salsa picante. Otro platillo popular es el macaroni and cheese, una receta simple a base de pasta y queso derretido que se ha convertido en un símbolo de confort.
Asimismo, la barbacoa tradicional es un arte culinario en sí mismo, donde cada región tiene su propio enfoque: las costillas estilo Texas, adobadas y cocinadas a fuego lento, o el cerdo desmenuzado del sur profundo, que se acompaña con salsa de mostaza o vinagre.
Las festividades estadounidenses también tienen un gran impacto en su cocina, como el pavo asado del Día de Acción de Gracias, acompañado de salsa de arándanos, puré de papas y pastel de calabaza para el postre.
Otros países y su legado culinario
En América Latina, diversos países han desarrollado su propia identidad gastronómica. En Venezuela, la arepa es el orgullo nacional. Tan versátil como nutritiva, la arepa se puede rellenar con una infinidad de ingredientes, desde queso y frijoles hasta lomo asado o pollo deshilachado con aguacate, creando la icónica reina pepiada.
Mientras tanto, en Argentina, las parrillas dominan la escena gastronómica. El asado argentino, con cortes de carne tierna cocinados a fuego lento, es algo más que una comida; es una experiencia social que reúne a amigos y familiares. Las empanadas argentinas también son dignas de mención, con su masa suave y sus variados rellenos de carne, jamón y queso, y hasta cebolla con queso roquefort.
En Brasil, la feijoada es el plato nacional por excelencia. Cocinado a base de frijoles negros y una mezcolanza de carnes de cerdo, la feijoada representa la calidez y contundencia de la comida brasileña, recordando sus orígenes humildes, pero llenos de sabor.
Y no podemos olvidar a Cuba, donde la ropa vieja se lleva los laureles. Este plato tradicional de carne desmenuzada cocinada con especias, tomate y pimientos se sirve normalmente con arroz y frijoles negros.
A lo largo y ancho de América Latina, el uso de ingredientes locales y prehispánicos, combinado con técnicas culinarias europeas, ha resultado en una gastronomía robusta, rica y diversa que cada vez más traspasa fronteras y gana reconocimiento internacional.
La gastronomía de América es tan variada como su gente y sus paisajes, y es posible descubrir su historia y riqueza cultural a través de los sabores y olores de cada plato típico. Desde el maíz hasta el ají, cada país ha sabido utilizar sus ingredientes únicos para crear recetas que no solo alimentan el cuerpo, sino también el alma.