El reciclaje es la mayor acción diaria que pueden llevar a cabo los ciudadanos de a pie para contribuir al ahorro de recursos naturales. Básicamente, consiste en proporcionar una nueva vida a cosas que ya no nos sirven para, de esta forma, conseguir un planeta más sostenible.
Las latas de refresco se utilizan para fabricar otras nuevas, mientras que el cartón recuperado de los envases de tetrabrik da lugar a muebles y otros enseres domésticos de Tectán, que contribuyen a evitar la tala de árboles.
Con el papel y el cartón que tiramos en el contenedor correspondiente, se fabrican, por ejemplo, nuevos periódicos, mientras que los residuos orgánicos, tales como las pieles de los vegetales, se emplean para conseguir un material rico que proporciona nutrientes a las plantas, llamado compost.
Los envases de vidrio que depositamos en el contenedor de reciclaje de color verde son lavados y reutilizados o fundidos para fabricar vajillas, ladrillos, cerámicas, asfaltos y otros muchos materiales.
Por desgracia, la mayor parte de la basura se deposita en unos lugares llamados vertederos, los cuales se llenan de barro para impedir fugas que contaminen los suministros de agua de los alrededores, aunque no por ello dejan de ser peligrosos para el medioambiente y, además, con el ritmo actual de producción de basura, pronto no quedarán lugares para poner vertederos. Por esta razón, es importante reciclar más.