El Grito
En el medio artístico son varios los cuadros que han gozado de una fama tal que han llegado a volverse icónicos a tal punto que se han convertido en parte también de la cultura popular. Uno de estos casos es el de El Grito, la obra más emblemática dentro de la carrera del noruego Edvard Munch, habiendo sido terminado cuando este mismo llegara a tener unos 30 años.
Se trata sin dudas de uno de los puntos más altos del expresionismo europeo, pudiéndose encontrar cuatro versiones del mismo cuadro, estando una en la Galería Nacional de Noruega, dos en el Museo Munch y la última en una colección particular.
Hace poco El Grito volvió a ser noticia luego de ya que llegara a presentar el sorprendente precio de 119.9 millones de dólares, ello en una subasta llevada a cabo por la casa Sotheby’s de Nueva York, siendo la obra más cara conocida a la fecha puesta a la venta de este modo.
El grito simboliza la angustia y desesperación existencial propia del hombre moderno gracias al personaje de características andróginas que se ubica en la parte más frontal del cuadro, en cuanto al fondo hallamos gran presencia de colores cálidos en el paisaje. El paisaje del fondo es la ciudad de Oslo, vista desde la colina de Ekeberg.
En cuanto a los colores, vale la pena señalar que el cuadro es abundante en tonos cálidos de fondo y luz semioscura.